lunes, 2 de agosto de 2010

BOLETIN INFORMATIVO IREMUJER EN LA COMUNIDAD....



El Gobierno del estado Lara, a través del Instituto Regional de la Mujer (IREMUJER), Organismo Adscrito a la Dirección Regional Sectorial de Desarrollo Social de esta gobernación, ha hecho un gran esfuerzo en los últimos años por tener en la región una buena red de recursos de atención a las mujeres que sufren violencia de género, siendo éste, junto con la prevención, uno de los objetivos prioritarios en este ámbito, pues constituye la principal garantía de protección de la vida y la integridad de las víctimas.
La Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, promulgada por la Asamblea Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra la Mujeres, promovida e impulsada por el Instituto Regional de la Mujer, entre otros aspectos, han planificado y desarrollado las características y condiciones necesarias de los servicios especializados.
Para que todo este trabajo obtenga sus mejores frutos, cada profesional debe conocer los conceptos, instrumentos normativos, protocolos de actuación y recursos adecuados a aplicar; la sociedad en su conjunto tiene que ver que la violencia de género es una cuestión pública y una prioridad política; quienes violentan tienen que saber que la sociedad está organizada para detenerles y las mujeres a las que pedimos que den el paso de denunciar y romper su silencio han de sentir que van a estar apoyadas y seguras.
La información es un elemento clave en este proceso. De ahí la decisión del Instituto Regional de la Mujer de elaborar una guía que facilite y sistematice la adecuada respuesta profesional frente a las situaciones de violencia de género. Una guía que quiere favorecer el avance por el camino hacia una sociedad sin violencia y más justa e igualitaria entre hombres y mujeres.
Por todo ello, es un motivo de satisfacción presentarles esta guía y ponerla a disposición de los y las profesionales implicados/as y de la sociedad larense en general, como instrumento de orientación y actuación efectiva contra la violencia de género.

Cómo actuar ante el conocimiento de un caso de malos tratos.

El maltrato hacia la mujer no es un problema de ámbito privado. La sociedad en su conjunto y, especialmente, las y los profesionales vinculados a la intervención social, sanitaria, policial, jurídica o judicial pueden y deben actuar. Por ello:
-Si existe la sospecha de que una mujer está siendo agredida, se debe poner en conocimiento de la autoridad competente (policía, juzgado), o contactar con el IREMUJER.
-Las personas que presencien un episodio violento deben prestarse como testigos de la víctima.
-Un familiar de la mujer que está sufriendo malos tratos puede solicitar la orden de protección.
-Concertar determinadas señales con personas cercanas (familiares, vecinos/as, amistades) que tengan conocimiento de la situación, para que llamen a la policía en caso de necesitar ayuda.
-Si la agresión es inevitable, procurar colocarse cerca de la puerta de salida o cualquier otro espacio que permita huir.
-En el momento del ataque es conveniente hacer todo el ruido posible, esto podrá alertar a otras personas de la agresión.
-Tras la agresión es importante no alterar el orden de las cosas y guardar todo lo que pueda servir de prueba (ropa rota o ensangrentada, objetos destruidos, armas, etc.).
-Cuando la separación entre la mujer y el agresor se ha producido porque existe una orden de alejamiento o porque ha cesado la convivencia, la mujer debe saber que cualquier contacto con él a solas supone una situación de riesgo aunque no lo parezca.

Las mujeres que deciden abandonar la situación de violencia desde que aparecen las primeras agresiones son minoría. La mayoría toma esta decisión después de varios años soportando una situación continuada de malos tratos y tras varios intentos de romper la relación.

La comunidad en general y los recursos disponibles (sociales, sanitarios, educativos, …), junto con las corporaciones estadales y municipales, como administraciones públicas más cercanas a la ciudadanía, son un instrumento esencial, tanto para la prevención y la erradicación de la violencia contra las mujeres, como para la atención directa y el apoyo a las personas que la sufren. Por ello, es tarea prioritaria el desarrollo de políticas estadales en tal sentido, así como la creación de foros y el establecimiento de protocolos locales que favorezcan el intercambio de experiencias y faciliten una acción conjunta coordinada y eficaz.

Algunas de las actuaciones que desde el ámbito local se pueden impulsar son:

-Proporcionar a las mujeres información sobre qué hacer, dónde acudir y los derechos que las asisten, así como sobre los recursos y medidas disponibles para su seguridad y protección ante la violencia de género. Uno de los aspectos que incide en el sentimiento de seguridad y protección de las víctimas es que éstas conozcan los derechos que las amparan y los recursos de apoyo que tienen a su disposición. Esto se consigue a través de la labor de orientación, información y asesoramiento, que se debe realizar de forma estable y continuada desde el ámbito municipal y, con carácter más especializado, desde los servicios de los que disponen los estados para la atención integral (social, jurídica, psicológica y laboral).
-Facilitar a las mujeres víctimas de malos tratos y en situación de especial necesidad el acceso a las ayudas y los recursos municipales.
-Divulgar o dar a conocer de manera generalizada los servicios y prestaciones existentes.
-Promover la coordinación con otras administraciones y profesionales para la atención con-junta, la derivación y el seguimiento de los casos.
-Evitar la victimización secundaria de las mujeres mediante una actuación coordinada entre las/os diferentes profesionales que intervengan en su atención.
-Llevar a cabo acciones de sensibilización de la comunidad sobre la violencia de género, así como actividades preventivas que promuevan valores de igualdad y rompan con los estereotipos que fomentan y refuerzan las relaciones desiguales entre mujeres y hombres.

Algunos elementos claves para seguir avanzando son:

-El abordaje integral y la calidad de las actuaciones.
-La intervención con perspectiva de género.
-La colaboración y la coordinación interinstitucional.
-La tranversalidad de género.
-La formación en género, igualdad y violencia contra las mujeres.
-La coordinación.
-La participación social.
-Los diagnósticos, protocolos de actuación y acuerdos de colaboración interinstitucionales.
-La investigación, estudio y análisis.
-Los equipos multidisciplinares e interdisciplinares.
-Los espacios para contrastar experiencias y aprendizajes.
-El conocimiento sobre buenas prácticas.
-Las evaluaciones y reprogramaciones.

HABLEMOS DE GÉNERO....

Conceptos básicos sobre Género

Concepto de género

El género es la construcción cultural por la cual se asigna a las personas, de uno y otro sexo, determinados roles, funciones, valores o comportamientos diferentes y de desigual valor. Es una construcción social de las relaciones entre mujeres y hombres, así como de las mujeres entre sí y de los hombres entre sí, aprendidas a través de la socialización, cambiantes en el tiempo y diferentes de una cultura a otra. Se crea en muchos casos a partir de roles y estereotipos que las personas van asumiendo en función del grupo al que pertenecen. Entre los roles más comunes podemos encontrar los siguientes:

 Los hombres se educan en la sociedad y la cultura en masculino, para desempeñar una actividad central (valorada): la producción. Ocupan el espacio público (vida social, política, económica, laboral) y se les valora como referentes sociales del poder y la toma de decisiones.

 Las mujeres se educan en femenino para desempeñar una actividad minusvalorada: la reproducción. Ocupan el espacio privado, especialmente lo relacionado con la actividad doméstica y las relaciones personales, y tienen una menor participación en los espacios de toma de decisiones.

Diferencia entre sexo y género:

-El sexo alude al conjunto de caracteres genéticos y a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres.

-El género se refiere a las diferencias construidas social y culturalmente para hombres y mujeres, a la forma de relacionarse y dividir sus funciones. Estas diferencias se pueden modificar y, de hecho, cambian según el tiempo, contexto, clase social, etnia, edad o cultura.

-Los roles de género son pautas, valores y comportamientos asignados tradicionalmente de modo desigual a hombres y mujeres mediante los procesos de socialización. Se transmiten por cada cultura y son asumidos por las personas de uno u otro sexo mediante la interiorización.

-La consolidación de los roles de género en estereotipos transforma las diferencias biológicas entre uno y otro sexo en desigualdades sociales, fruto de un sistema basado en construcciones sociales y culturales en las que se ha transmitido y consolidado la supremacía de lo masculino sobre lo femenino.

-El concepto de género ayuda a conceptualizar adecuadamente la violencia ejercida por los hombres sobre las mujeres y desvelar su auténtica naturaleza. Situar los desiguales roles y las desiguales relaciones de poder en el centro del análisis de la violencia de género es imprescindible para desarrollar estrategias de transformación personal y social que permitan su erradicación.

La visión de género.

El género en nuestra sociedad está jerarquizado. Las relaciones entre los sexos son relaciones de poder, en las que lo masculino domina lo femenino y donde se establecen, por lo tanto, relaciones de supeditación. A este sistema se le denomina Sistema Patriarcal.
La causa fundamental que origina y perpetúa la violencia de género es el sometimiento y control de las mujeres, aspecto básico del funcionamiento del patriarcado. La violencia se utiliza para mantener las relaciones de poder desiguales.
La visión de género permite analizar y visibilizar precisamente las causas de las principales diferencias y, sobre todo, de las desigualdades, en la vida de las mujeres y los hombres, con el objetivo de revelar las discriminaciones basadas en el sexo o el género.

Perspectiva o análisis de género.

Es la consideración sistemática, en el conjunto de la actividad política, social, económica, profesional, institucional, … de las diferentes situaciones o condiciones de vida, obstáculos o limitaciones, participación, recursos, derechos, prioridades o necesidades, valores y comportamientos de hombres y mujeres, determinados por los roles tradicionales de género en la sociedad..
La incorporación de la perspectiva o análisis de género en la actividad profesional, especialmente en la intervención con mujeres víctimas de violencia de género, es estrictamente necesaria, pues se trata de una herramienta que permitirá dar respuestas más informadas, adecuadas y equitativas, analizando las causas que generan desigualdades, evaluando la posibilidad de modificarlas y, fundamentalmente, elaborando propuestas de acción tendentes a modificar esas desigualdades, contribuyendo así a la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres.
La complejidad de este fenómeno requiere soluciones que no se limiten a paliar e intervenir sólo sobre las consecuencias, sino que aborden las causas y lo que subyace a los actos de violencia, es decir, el modelo dominante que perpetúa la discriminación de las mujeres.

RECUERDA:

La única diferencia existente entre el hombre y la mujer al nacer es el sexo. El resto son construcciones sociales y culturales.
Los roles diferentes y contrapuestos entre mujeres y hombres se aprenden a través de los agentes de socialización; la familia, la escuela, la comunidad y los grupos en que participamos.
La igualdad en derechos y deberes es algo a lo que tanto hombres como mujeres aspiramos y no debe estar condicionada por el sexo ni por el género.
La violencia contra las mujeres requiere no sólo su visibilización como un problema social y de salud sino una distinta perspectiva de análisis y forma de abordar su explicación, evitando interpretaciones basadas en su consideración como problema individual o de carácter privado.